Desde el principio de la historia de la Atlántida, tanto investigadores como escritores, arqueólogos y ciéntificos dedicados a su localización, han ido señalando algún lugar determinado para el emplazamiento de la Atlantida en nuestra Tierra, incluido, alguno que la ha colocado en la Luna.
Toda esta cantidad de teorías nos viene a confirmar la dificultad de interpretar las palabras originales de Platón. Ha llegado un momento que, en principio, cualquier lugar de nuestro planeta, puede ser un bonito candidato para haber albergado la legendaria ciudad.
Al final con tantas teorías y posibles emplazamientos, se ha olvidado completamente el verdadero objetivo de cualquier estudio atlante, intentar tener una visión objetiva de lo descrito y, se tiende a postulaciones subjetivas con diferentes objetivos más allá de la propia posibilidad de contribuir al enriquecimiento de nuestra propia humanidad.
Muchas veces es mayor el deseo de notoriedad de un autor, que la propia teoría que postula, lo que provoca un rechazo de ambos. En la actualidad ninguna teoría cumple con los 24 requisitos que se establecieron para considerar un lugar como el hogar atlante, y sin embargo se han nombrado casi todas las partes del mundo. ¿Dónde está el fallo? Pueden ser muchos: una teoría mal postulada, no apoyarse en la verdadera descripción, intereses económicos, la necesidad de seguir manteniendo el mito, etc...
La expresión: "los árboles (teorías) nos impiden ver el bosque (Atlantida)", es la más apropiada para esta situación.