Son varios los textos de Platón que nos describen las numerosas construcciones que existían en la Atlántida.
Existían puentes, puertos con embarcaderos, casas, templos, fuentes, jardines, gimnasios, cuadras y hasta un hipódromo. Tenemos dos templos en la parte central de la isla, columnas y diversas murallas repartidas por los distintos anillos de tierra.
Uno lee el texto completo de Platón y por ningún lado aparecen pirámides como muchos textos y documentales televisivos le atribuyen. La zona del palacio real estaba formada por un templo consagrado a Clito y Poseidón, y otro al propio Poseidón. Ninguno de estos dos está descrito ni como pirámide, ni pirámide escalonada, ni nada parecido. Como mucho, podríamos pensar que tendría un aspecto similar a un templo griego, tipo la Acrópolis.
Las conducciones de agua eran a través de canales, aunque esos llamados canales podrían ser realmente acueductos y Platón no utilice esa palabra. Tampoco describe grandes edificios de muchas plantas. Tenemos por tanto un conjunto de construcciones que más podrían recordar a una clásica ciudad griega, una Atenas de época clásica, que a una ciudad modernista.
La madera es un elemento constructivo o comercial de vital importancia. Se preocuparon de realizar dos canales desde las montañas al mar con la intención de que el traslado de los árboles fuese lo más cómodo y rápido posible. Este hecho nos da a entender lo importante que era para ellos ese tránsito y el uso de ese material. También nos muestra que se trata de uno de las materias primas esenciales con que comerciaban los atlantes. Esto significa que estamos ante una región con grandes extensiones boscosas acorde con las zonas acuíferas que describe Platón.